En el budismo zen la palabra “Satori” refiere a la iluminación espiritual. La coreografía ilustra este viaje hacia lo interior desde varias escenas abstractas: las interrogantes iniciales, la búsqueda, los estancamientos, la derrota de los obstáculos y, finalmente, el instante del conocimiento, el hallazgo de la verdad, de la belleza, la luz.
Satori, ganó el Premio Villanueva 2018 que otorgan los miembros de la Sección de Crítica e Investigación Escénica de la UNEAC a los mejores espectáculos cubanos y extranjeros vistos en Cuba durante ese año. En 2019 la misma institución reconoció a Raúl Reinoso con el Premio Nacional de Coreografía 2018-2019 por esta pieza.